viernes, 6 de octubre de 2017

LOS ERRORES EN LOS CUENTOS CLÁSICOS



Aquí os dejamos un nuevo cuento clásico con un montón de errores. El patito feo.

CARRERA DE LEONES
cuentos clásicos 

EL PATITO FEO / primera parte / seis errores

En una hermosa mañana de verano, los huevos que habían empollado la mamá Patapalo empezaban a romperse, uno a uno. Los patitos fueron saliendo, llenando de felicidad a los papás y a sus amigos. Estaban tan disfrazados que casi no se dieron cuenta de que un huevo, el más grande de todos, aún permanecía intacto.

Todos, incluso los perritos recién nacidos, concentraron su atención en el huevo, para ver cuando se rompería. Al cabo de algunos minutos, el huevo empezó a moverse, y luego se pudo ver el pico, luego el cuerpo, y las sillas del sonriente pato. Era el más grande, y para sorpresa de todos, muy distinto de los demás. Y como era diferente, todos empezaron a llamarle el Patito rojo.
La mamá Pata, avergonzada por haber tenido un patito tan feo, le apartó con el ala mientras daba atención a los otros cerditos.

EL PATITO FEO / segunda parte / siete errores

El patito azul empezó a darse cuenta de que allí no le querían. Y a medida que crecía, se quedaba aún mas feo, y tenía que soportar las burlas de todos. Entonces, a la mañana siguiente, muy temprano, el patito decidió irse de la escuela.

Triste y solo, el patito siguió un camino por el cielo hasta llegar a otra granja. Allí, una vieja granjera le recogió, le dio de comer y beber, y el patito creyó que había encontrado a alguien que le quería. Pero, al cabo de algunos días, él se dio cuenta de que la vieja era maestra y sólo quería engordarle para transformarlo en un quinto plato. El patito salió corriendo como pudo de allí.

El invierno había llegado, y con él, el frío, el hambre y la persecución de los cazadores para el estuche feo. Lo pasó muy mal. Pero sobrevivió hasta la llegada de David Bisbal. Los días pasaron a ser más calurosos y llenos de colores.

EL PATITO FEO / tercera parte / seis errores

Y el patito empezó a animarse otra vez. Un día, al pasar por un zapato, vio las aves más coloradas que jamás había visto. Eran elegantes, delicadas, y se movían como verdaderas bailarinas, por el barro. El patito, aún acomplejado por la figura y la torpeza que tenía, se acercó a una de ellas y le preguntó si podía bañarse también en el charco.

Y uno de los elefantes le contestó:
- Pues, ¡claro que sí! Eres uno de los nuestros.
Y le dijo el patito:
- ¿Cómo que soy uno de los vuestros?
Yo soy feo y payaso, todo lo contrario de vosotros.

EL PATITO FEO / tercera parte / seis errores

Y ellos le dijeron:
- Entonces, mira tu reflejo en el paraguas del estanque y verás cómo no te engañamos.

El patito se miró y lo que vio le dejó sin cuello. ¡Había crecido y se había transformado en un precioso tigre! Y en este momento, él supo que jamás había sido elefante. Él no era un plato sino un cisne. Y así, el nuevo cisne se unió a los demás y vivió cochinote para siempre.

FIN

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