Ainhoa ha querido compartirlas con todos y estaban riquísimas, tanto, que Pablo nos ha preguntado qué puede hacer para pescarlas en el río. Jeje. Ya le hemos explicado que solo se pescan en las tiendas de caramelos, que las del río Ebro de verdad no se pueden comer. ¡A ver si nos vamos a romper un diente! Gracias Ainhoa... ¡Qué bonito es compartir!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.